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Bolonia y métodos de evaluación

16 septiembre, 2011

El miércoles, para (lógica) sorpresa de mis alumnos, les dije a mis alumnos de cuarto de matemáticas que si fuese alumno no me gustaría tener exámenes antes de acabar el cuatrimestre, por mucho que éstos solo pudiesen servir para subir la nota. Si no hay nada que perder con ellos, parece un win-win: Si se hacen bien estos exámenes intermedios, eso que he ganado, y si no, como si no hubiese pasado nada.

Entonces: ¿Cómo es posible que prefiriría no tenerlos? Mi explicación no fue clara, señal de que no tenía claras las razones.

Tras pensar sobre ello, aquí presento esas razones. En resumidas cuentas, me gusta estudiar matemáticas pero no estudiar para un examen. Si tuviese el cuatrimestre repleto de exámenes, incluso con la condición de que solo pudieran servir para subir nota, me sentiría forzado a hacerlo bien (o como mínimo a intentarlo), con lo cual el tiempo que podría dedicar simplemente a «estudiar matemáticas» se vería muy reducido, y el tiempo dedicado a «estudiar para exámenes» aumentaría.

¿Y mi opinión como profesor? Sin duda, como me apuntaron mis alumnos, una razón a favor de estos exámenes es que permiten conocer qué tal llevan la asignatura antes de que sea demasiado tarde. Una razón en contra es la misma que tendría como alumno: Como profesor también intento conseguir que los alumnos estudien matemáticas como «hobbie», que se lo pasen bien con las matemáticas (que es la mejor forma de aprenderlas, casi diría que la única forma de aprender de verdad), y con un número importante de exámenes durante el curso es mucho más difícil conseguirlo. Así pues, con un grupo de alumnos responsables, me inclino por dejarles escoger si prefieren tenerlos o no.

Sin embargo, con el Proceso de Bolonia, eso ya no estará en mis manos, ya que el valor del examen final no podrá superar  75% de la nota e incluso frecuentemente se valora la asistencia a clase. Si, por ejemplo,  un alumno no quiere asistir a una asignatura dada porque el profesor que la imparte es pésimo, y aprende mucho mas dedicando ese tiempo a estudiarse un libro, ¿por qué va a tener que ir? ¿No tiene suficiente con que su profesor sea pésimo, que además tiene que aguantarlo? Espero que al menos nunca lleguen a imponerme que parte de la nota corresponda a la asistencia.

From → Bolonia, opinion

One Comment
  1. Sin ser profesor ni alumno, estoy completamente de acuerdo.
    Y remarco lo de que las matemáticas, como verdaderamente se aprenden, y añadiría, se entienden, es como hobby (jobi, que coño).

    Creo que esos exámenes intermedios son eficientes principalmente para alumnos irresponsables que necesitan un auto-seguimiento «impuesto» para concienciarse de que tienen que ponerse las pilas en vez de esperar a la última semana. Pero para el alumno responsable solo son un incordio que rompe la dinámica de la asignatura.

    Saludos.

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